lunes, 23 de enero de 2012

Hay que hacerse ver...

Brújulas para…

Si. Lo sé. Hace mucho que no me aparecía por estos lares. Pero acá estoy con una rabia que ni les cuento.
La semana pasada, cuando me enteré que el Señor Carlos Larraín había cerrado un extraño trato con la DC, me picaron los dedos por volver a escribir en mi blog. Decidí tomarme la situación con un poco más de calma, deseaba dar la oportunidad de aclarar todo aquel desbarajuste, pensando que sencillamente todo era un mal entendido o que los medios agrandaban una situación o que estaban entregando una información a medio camino y tijereteada como se vio en un caso hace solo un par de semanas. 
Pero no. La cosa se puso color de hormiga. Tooodo mal. El Señor Carlos Larraín me ha decepcionado. Antes lo consideraba bastante más clever para sus cosas. Con sus comentarios ácidos, su don de patrón de fundo y todo eso, me causaba infinita gracia. Pero... haberse aliado con la DC y pasarse a la gente de su propio partido por mejor parte, me parece casi una traición a la patria.
Cuando escuché la noticia, pensé en la UDI y en el terremoto que se avecinaba al interior de la Alianza. Después me puse a analizar que la misma gente de la alianza, obnubilada por el poder, anda como loca dando palos de ciego, sin saber donde diablos desean ir, pensando en abarcar mucho y apretar nada, optando por la forma y no el fondo en los asuntos. 
Después de todo esto, traté de informarme respecto al acuerdo con que había llegado él y solo él con los alacranes de la DC. Un nuevo modelo, al estilo francés, donde a parte del presidente existe un primer ministro elegido por los integrantes del congreso. Les juro… me quería pegar un tiro, pero la pistola de veraneo no me sirvió...
Todavía no me la creo.  No solo los ciudadanos valemos menos que callampa para todos estos políticos de pacotilla, sino el país completo. No quiero que me mal interpreten, siento y tengo la profunda convicción que la política es un mal necesario, yo creo fielmente en ella. Lo que me desencanta y me enfurece es que nosotros, todos, como sociedad destruimos el verdadero arte de los acuerdos, el sincero poder de las alianzas para engrandecer los países, eligiendo a bandoleros y rastreros para presidirnos, para protegernos, para hacernos más grandes como sociedad.  Acá lo que sucede es que los partidos políticos están velando por sus intereses partidistas, están ideando como sentarse en las leyes, como perpetuarse en los poderes, como engrandecerse los bolsillos. Son simples cálculos mezquinos, de roñosos que le mienten a la gente con los manoseados conceptos de libertad, pluralidad, y no sé cuanto excremento más.
No sé dónde demonios tienen la cabeza personas como Carlos Larraín, Lily Pérez o Carla Rubilar. ¿Desean una brújula para dejar de andar perdidos y encontrar a los votantes que los tienen ganando suculentos sueldos? Mi mensaje es: Dejen de perder el tiempo en políticas que de bien común tienen arto poco y que de ego y sueños flatulentos tienen demasiado.
Un Primer Ministro, elegido por los mismos políticos que dejan entrar a manifestantes a insultar y golpear a una autoridad del Gobierno, un primer ministro elegido por personas que más parecen viles delincuentes que personas con honorabilidad, solo para creernos un país Europeo y mirar por encima del hombro al resto de Latinoamérica, ¿Por qué? ¿Pará que? ¿De qué sirve en realidad?
Si toda mi rabieta no les convence, quiero entregarles el siguiente escenario bajo el prisma del acuerdo que cerró el Sr. Larraín con la DC: Presidenta Bachelet y Primer Ministro Guido Girardi. ¿Entienden ahora por qué la idea no me gusta para nada?

Mrs. Anonymous Angry

@lanadienopina

Nota: me oculto para conservar la "imparcialidad" en mis dichos y porque se me da la gana también.